Función tiroidea
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La glándula tiroides, situada en la base del cuello y debajo de la nuez de Adán, desempeña un papel fundamental en el funcionamiento general del organismo. Esta segrega las hormonas tiroideas, que intervienen en el crecimiento celular, el desarrollo del cerebro y el metabolismo del organismo.
La disfunción tiroidea provoca síntomas a todos los niveles: fatiga, aumento de peso, cambios de humor, sensación de frío inexplicable, etc. La clave para mantener una función tiroidea normal es confiar en la dieta y en un suplemento tiroideo.
¿Cuáles son los problemas asociados al tiroides?
Las dos hormonas tiroideas, la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3), se sintetizan a partir de un oligoelemento (el yodo) y un aminoácido, la tirosina. Estas hormonas se almacenan en vesículas y se liberan en el torrente sanguíneo en caso de necesidad. El cerebro, a través de la glándula pituitaria, regula la cantidad de T3 y T4 liberada enviando una señal al tiroides según las necesidades del organismo.
La hipófisis segrega la tirotropina (TSH), que estimula la producción de hormonas tiroideas. Cuando el sistema de regulación se desequilibra, la función tiroidea se ve alterada. Los problemas de tiroides afectan a todas las edades y tres veces más a las mujeres que a los hombres. Las cifras indican que casi 6 millones de españoles están afectados por estos trastornos.
Hipotiroidismo
El hipotiroidismo es el resultado de una disminución de la producción de hormonas tiroideas debido a una ralentización de la actividad del tiroides, Esto se conoce como «tiroides perezoso». Suele producirse durante las fluctuaciones hormonales en la pubertad, el embarazo, el parto o la menopausia y se debe a la estrecha relación entre las hormonas sexuales, en particular los estrógenos, y las hormonas tiroideas. A medida que los niveles de estrógeno aumentan, también lo hace la necesidad de hormonas tiroideas.
Esta enfermedad afecta principalmente a mujeres mayores de 50 años. Los síntomas que la revelan indican una ralentización del metabolismo. Las causas son los trastornos menstruales, el aumento de peso, la dificultad para concentrarse y recordar, la astenia, el estreñimiento crónico, los calambres, la sensación de frío, etc.
El cabello se vuelve seco y quebradizo, mientras que la piel se vuelve seca y pálida. Las causas son la toma de medicamentos para el corazón, la extirpación de la glándula tiroides o su envejecimiento, y en el 20 % de los casos una enfermedad autoinmunitaria, en particular la enfermedad de Hashimoto.
Hipertiroidismo
El hipertiroidismo, en cambio, es el resultado de una actividad excesiva de la glándula tiroides. Es menos frecuente y, muy a menudo, hereditario. Afecta principalmente a mujeres de entre 20 y 40 años. Los signos generales son fatiga crónica, aumento del ritmo cardíaco y de la respiración, trastornos del sueño (dificultad para conciliar el sueño), etc.
Más concretamente, se produce una pérdida de peso a pesar de conservar el apetito, trastornos del estado de ánimo o una alteración del ciclo menstrual. La glándula también puede agrandarse o los ojos pueden volverse protruyentes. La presencia de este último signo se refiere a la enfermedad de Basedow.
Carencia de yodo
En España, la carencia de vitaminas y yodo es frecuente. Esta última es especialmente pertinente en personas que viven lejos del mar, que llevan una dieta vegana o que siguen una dieta sin sal. Por tanto, la suplementación con yodo es necesaria para prevenir los problemas de tiroides. No en vano, el Gobierno españoles recomienda la yodación de las sales de mesa para prevenir posibles carencias.
La carencia de yodo se manifiesta con un edema cutáneo y un aumento del tamaño de la glándula tiroides, conocido como bocio. En los niños, provoca cretinismo, una deficiencia mental irreversible. Sin embargo, hay que recordar que un exceso de yodo por encima de cierta cantidad no está exento de consecuencias, y puede provocar tiroiditis, cáncer de tiroides, reacciones de hipersensibilidad, etc.
¿Qué suplemento alimenticio debe tomarse para combatir el hipotiroidismo?
Los suplementos alimenticios para favorecer la función tiroidea normal y combatir el hipotiroidismo contienen:
- oligoelementos (yodo, selenio, zinc, etc.)
- vitaminas (B1, B2, B6, B9, B12, D, etc.)
- aminoácidos (L-tirosina)
- extractos herbarios naturales, etc.
En Oxyform, encontrará suplementos alimenticios naturales, fabricados en Europa, sin conservantes ni OMG. Estos se presentan en forma de cápsulas y deben tomarse como cura y combinarse con una dieta adaptada a las necesidades (en función de la edad, etc.).
El yodo interviene en la síntesis de las hormonas tiroideas y en el metabolismo energético. Su carencia en la población general es elevada, por lo que la suplementación sistemática es ideal. El zinc y el selenio son cofactores de la síntesis hormonal. Favorecen la absorción del yodo y convierten la T4 en T3. Las vitaminas, en particular aquellas del grupo B, regulan la actividad hormonal y reducen la fatiga.
La L-tirosina es un precursor de las hormonas tiroideas, así como de las catecolaminas. La vitamina D favorece la utilización de la tiroxina por parte de las células del organismo y ayuda a reducir los anticuerpos contra la TPO en la tiroiditis autoinmunitaria. La vitamina E interviene en la conversión de tiroxina en T3. Además, gracias a su función antioxidante, combate el estrés oxidativo general y la hipercolesterolemia asociada al hipotiroidismo.
Los extractos herbarios ayurvédicos también estimulan el tiroides. La ashwagandha o ginseng indio tiene virtudes contra el hipotiroidismo. Esta aumenta la producción de T4, combate el estrés y potencia el metabolismo energético. El uso del comino negro, también conocido como Nigella, tiene su origen en el alivio de los síntomas de la tiroiditis de Hashimoto, ya que disminuye los niveles de TSH y aumenta los de T4 y T3.
Mantener una función tiroidea normal requiere cierta disciplina y algunas precauciones importantes. Solo las pruebas hormonales pueden confirmar un trastorno tiroideo. Cuando este se confirma, el profesional sanitario (médico de cabecera o endocrinólogo) prescribe la medicación adecuada, generalmente hormonas sintéticas. Por tanto, es importante consultar a un médico antes de utilizar suplementos alimenticios para el tratamiento de estos trastornos.
¿Cómo estimular la glándula tiroides?
Para potenciar adecuadamente el tiroides, este debe estimularse de forma continuada mediante una dieta adecuada combinada con suplementos alimenticios para la función tiroidea, preferiblemente a base de yodo.
La dieta debe ser equilibrada e incluir proteínas, ácidos grasos saturados, hidratos de carbono simples, grasas beneficiosas, oligoelementos, minerales, antioxidantes, vitaminas, etc., e incluir alimentos ricos en yodo, tales como pescado, marisco, algas, carne roja, aves de corral, huevos y productos lácteos. Además, es importante reducir al máximo los factores que favorecen la ralentización del tiroides, tales como una dieta hipocalórica y baja en carbohidratos, el ayuno intermitente, el uso de anticonceptivos (como la píldora, los implantes o el DIU), el tabaquismo, etc.